Helkin Guevara, Diario La Prensa
Hasta su sexta edición en 2002, la Bienal de Arte de Panamá mantenía un ritmo constante: la cita cultural se realizaba cada dos años.
De allí en adelante la ruta hacia la Bienal ha sido irregular, “por diferentes razones de tipo organizativo”, comentan Walo Araújo y Mónica Kupfer, directores de la Bienal.
La séptima Bienal fue en 2005, la octava en 2008 y la novena no será este año. Se realizará en 2011, detallan.
¿Cuáles son las razones de la nueva separación de tres años entre Bienal y Bienal? Los directivos responden: “Llevar adelante un evento de arte de vanguardia en Panamá que tenga continuidad y que aspire a la excelencia no es una tarea fácil, por varias razones, pero tal vez la más determinante sea la perenne escasez de financiamiento.
Esta dificultad trae como consecuencia que la Bienal de Panamá dependa en gran medida del tiempo y la colaboración de voluntarios, y que la publicación de los catálogos sea un compromiso posterior de largo plazo”.
Sin embargo, añaden, “contra viento y marea” se organizará este evento por novena vez. “Durante 2010 esperamos poder presentar al público un programa de trabajo para la Novena Bienal de Arte, para lo cual ya hemos iniciando la búsqueda de alianzas y patrocinios con entidades locales e internacionales”, comentan.
Mientras llegue la próxima Bienal, se presentará una serie de proyectos a lo largo del año para documentar la pasada versión de la actividad cultural, que tuvo como tema la antigua Zona del Canal, y que fue un evento con un mayor número de actividades paralelas que las bienales anteriores.
Por ello, “hemos considerado ampliar el programa editorial a tres publicaciones”, señalaron.
La primera obra será el catálogo de la exposición central de la Bienal: “El dulce olor a quemado de la historia”. El libro de 140 páginas está ilustrado en color con imágenes, tanto recientes como históricas, del área canalera y de las obras creadas para la Bienal, indicaron Araújo y Kupfer.
El segundo libro abarcará las actividades paralelas de la Bienal, en particular aquellas que se dieron en el campus y con la colaboración de la Universidad de Panamá, y el tercero será un catálogo de la exposición de pinturas del artista Brooke Alfaro que fue presentada, durante la Bienal, en los predios del actual Museo de la Biodiversidad, acotaron.
“No dudamos que serán libros de interés tanto para artistas, críticos y amantes del arte contemporáneo, como historiadores y sociólogos que estudian el tema del área canalera”, expresaron.
Hasta su sexta edición en 2002, la Bienal de Arte de Panamá mantenía un ritmo constante: la cita cultural se realizaba cada dos años.
De allí en adelante la ruta hacia la Bienal ha sido irregular, “por diferentes razones de tipo organizativo”, comentan Walo Araújo y Mónica Kupfer, directores de la Bienal.
La séptima Bienal fue en 2005, la octava en 2008 y la novena no será este año. Se realizará en 2011, detallan.
¿Cuáles son las razones de la nueva separación de tres años entre Bienal y Bienal? Los directivos responden: “Llevar adelante un evento de arte de vanguardia en Panamá que tenga continuidad y que aspire a la excelencia no es una tarea fácil, por varias razones, pero tal vez la más determinante sea la perenne escasez de financiamiento.
Esta dificultad trae como consecuencia que la Bienal de Panamá dependa en gran medida del tiempo y la colaboración de voluntarios, y que la publicación de los catálogos sea un compromiso posterior de largo plazo”.
Sin embargo, añaden, “contra viento y marea” se organizará este evento por novena vez. “Durante 2010 esperamos poder presentar al público un programa de trabajo para la Novena Bienal de Arte, para lo cual ya hemos iniciando la búsqueda de alianzas y patrocinios con entidades locales e internacionales”, comentan.
Mientras llegue la próxima Bienal, se presentará una serie de proyectos a lo largo del año para documentar la pasada versión de la actividad cultural, que tuvo como tema la antigua Zona del Canal, y que fue un evento con un mayor número de actividades paralelas que las bienales anteriores.
Por ello, “hemos considerado ampliar el programa editorial a tres publicaciones”, señalaron.
La primera obra será el catálogo de la exposición central de la Bienal: “El dulce olor a quemado de la historia”. El libro de 140 páginas está ilustrado en color con imágenes, tanto recientes como históricas, del área canalera y de las obras creadas para la Bienal, indicaron Araújo y Kupfer.
El segundo libro abarcará las actividades paralelas de la Bienal, en particular aquellas que se dieron en el campus y con la colaboración de la Universidad de Panamá, y el tercero será un catálogo de la exposición de pinturas del artista Brooke Alfaro que fue presentada, durante la Bienal, en los predios del actual Museo de la Biodiversidad, acotaron.
“No dudamos que serán libros de interés tanto para artistas, críticos y amantes del arte contemporáneo, como historiadores y sociólogos que estudian el tema del área canalera”, expresaron.
