jueves, mayo 20, 2010

el negocio de la historia

Patrizia Pinzón / Diario La Prensa, Opinión

En efecto, señor presidente Martinelli: en la historia hay dinero… y sostenible. Pero solo si se hace bien. Aprendamos de Roma, en su país de ascendencia y la mía: ¿cree usted que ellos osarían levantar dos pisos adicionales a uno de sus edificios históricos? Ni pensarlo. ¿O que dejarían que alguien rellenara enfrente de una bahía histórica? Ni locos. ¿Por qué? Muy simple: su industria del turismo, la cual genera millones de euros a Italia depende de ello.


Y no es que les haga falta ¡mafia ni corrupción! Leí recientemente un artículo de cómo habían atrapado a varios capos el otro día. Pero no se meten con la historia: es demasiado importante económicamente.

Panamá Viejo y el Casco Antiguo –igual que Roma– tienen una designación de Patrimonio de la Humanidad. Ciertamente no son Roma (todavía), pero a este paso de rellenos ilegales enfrente de Panamá Viejo y con edificios que “mágicamente” y sin sustento histórico suben pisos adicionales en el Casco Antiguo nunca lo seremos… y habremos matado para siempre la gallina de los huevos de oro.

Para mí y el resto de los casqueños (y para muchos panameños que no viven pero aman el Casco) la razón principal para salvaguardar nuestro patrimonio no es el dinero. Pero ya he escrito mucho sobre su rol en nuestra identidad y cultura. Hoy, simplemente voy a resaltar su aspecto económico, porque me doy cuenta ante la noticia del relleno al lado de Panamá Viejo y de que se le está “buscando una solución” a un proyecto polémico que se construye en el Casco Antiguo que –tal y como decía cierto website costarricense– “esto no es un país sino un negocio”. Al menos, señor Presidente, que sea un buen negocio.

Tanto Panamá Viejo como el Casco Antiguo están generando. Especialmente en el Casco Antiguo, en donde no solo hay una masa crítica de restaurantes y nuevos residentes generando empleo y atracciones sino que hay varios hoteles en construcción. Es más, este dinero se está revirtiendo en la comunidad, donde hay programas como Capta que capacita a mujeres del barrio para que puedan salir de la pobreza y sumarse a la actividad económica del área.

La Fundación Calicanto ha llevado a cabo, por años, este programa con un éxito impresionante. También está la Asociación pro Juventud de San Felipe que da seguimiento escolar a los niños del área. Su objetivo: lograr que se gradúen de la escuela. Sus herramientas: amor, arte, pedagogía, psicología y seguimiento médico. Todo financiado por el dinero de la empresa privada y de los nuevos residentes del Casco que quieren ver que el barrio realice su potencial como el mejor barrio histórico y mixto del país.

Si cae la designación de Panamá Viejo cae también la del Casco Antiguo. Su gobierno pasaría a la historia como el gobierno que permitió que nos quitaran la designación de Patrimonio de la Humanidad y se destruyeran estos íconos de la identidad panameña. Perderíamos historia y potencial económico/turístico al mismo tiempo. Sería como matar dos pájaros de un tiro, solo que el pájaro en este caso es Panamá.