lunes, agosto 17, 2009

semillas



Entre que las agendas no cuadraban y las emociones que no me dejaban, debo aceptar que tenía mi buen rato sin ver al Papo Vecino en concierto. El pasado viernes 14, tocaron en el Teatro Guild de Ancón y vi la oportunidad perfecta para retomar viejos gustos. Muy bien organizados los chicos, las cervecitas estaban frías y el concierto empezó puntual. El Guild estuvo lleno y no era para menos, la banda tuvo una presentación maravillosa acompañada de unas visuales por parte de los hermanos Merel, muy a tono con la fuerza y sutileza de los sonidos del Papo.
Muchos rostros conocidos estaban allí y me atrevo a decir, que par de nosotros, estábamos sumergidos en el encanto de Nacarí, cuyo instrumento ha evolucionado a la integración armoniosa con el todo. Antes, a mi parecer, la voz se quedaba un poco rezagada y el protagonista principal eran los sonidos perfectamente balanceados del bajo, la batería, la guitarra y lo electrónico; ahora existe un todo sublime, que encierra lirica y melodía como el soundtrack maravilloso de alguna película desbocada.
Noté par de arreglos en ciertas piezas que debo felicitar y la seguridad de los músicos como banda en el escenario, se siente en cada una de sus interpretaciones.
Entre diálogos amenos y policías que buscaban no se qué, el concierto transcurrió hermosamente, concluyendo en comentarios positivos y felicitaciones a los integrantes por su presentación. Mis razones para decir que el Papo Vecino es mi banda favorita local han cambiado y espero con ansias el disco que como Chale bien dijo, ha sido difícil de terminar. Estate atento a futuras presentaciones de la banda y reserva tu boleto con tiempo, El Papo Vecino es un “most” para tu colección de música y para darte un viajecito introspectivo en donde el protagonista principal de la historia, eres tú.