martes, junio 22, 2010

el cuarto oscuro

Mauro Zuñiga Araúz, Diario La Prensa, Sección Opinión

Para que un dictador persevere necesita de sirvientes civiles. Ese fue uno de los ejemplos que nos dejó la dictadura militar que nos reprimió durante 21 años. Veíamos a los civiles con las manos sucias del betún, en competencia para ver quien le lustraba mejor las botas al dictador. Me enteré de que en el desaparecido Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa había un cuarto oscuro que guardaba los esqueletos de todos los funcionarios civiles, desde los presidentes y ministros, pasando por los legisladores, el procurador y terminando en los magistrados.

Con la demolición del cuartel, todos pensamos que el cuarto oscuro había desaparecido, pero no, nos equivocamos; actualmente está en el Palacio de Las Garzas, con la diferencia de que antes era un militar el que tenía el candado del cuarto y ahora es un civil. Los esqueletos son de los que ocupan los puestos que ocupaban los sirvientes de los militares, con el agravante de que ahora se les puede identificar en el acto con los nuevos uniformes que les mandaron a hacer.

Me dicen de la Presidencia que se enteran que hubo Consejo de Gabinete por el hedor de los residuos fisiológicos que dejan los ministros, y que ni el Lysol ni los desodorantes ambientales logra ahuyentar. Que el “no” no es escuchado en esas reuniones, sino un “sí” con la misma entonación conque los nazis saludaban al Führer. Que al salir esos individuos, que dejaron sus esqueletos en el cuarto oscuro, no compiten por lustrar las botas, sino por ocupar el mejor puesto en la alfombra que será pisada por las zapatillas del inquilino de Palacio. Me dicen que a veces, mas no siempre, les dejan comerse la entrada del festín, dejándole al dueño el plato principal y el postre.

Que revisara bien las compras directas y los testaferros de las sociedades que ganan las licitaciones, que es justo ahí donde están las entradas y, a veces, parte del plato principal.

También recibí un test que se les hizo a los diputados oficialistas. Los que tenían estudios superiores no aprobaron el test de inteligencia y los que aprobaron el test de inteligencia, no tenían estudios superiores. La mayoría son analfabetas profundos, porque saben leer y escribir, pero no entienden lo que leen y, lo que es peor, si lo entienden ignoran sus repercusiones, como está ocurriendo con las leyes que acaban de aprobar; porque prefiero entender que son ignorantes a que sean asesinos, ya que dejar al país desamparado a los intereses de las transnacionales de la minería equivale a matar a la gente que habita en los alrededores de las minas primero, y al resto del país después.

De igual forma, destruir de un solo tajo la estabilidad de los obreros es entregarles un pasaporte al cementerio.

El licenciado José Raúl Mulino, actual ministro de Gobierno y Justicia, era uno de los más asiduos participantes de las vigilias que la Red Democracia Ciudadana convocaba en la iglesia del Carmen, y las veces que utilizó el micrófono fue para señalar que los decretos ley que impulsaba el ministro de Gobierno y Justicia del momento eran inconstitucionales y que lo único que perseguían era la remilitarización de Panamá.

Cuando el licenciado José Raúl Molino ocupó el cargo, se le preguntó cuándo iba a abolir los decretos, y contestaba: “esto… lo que pasa es que… resulta que viéndolos bien…”. No hizo nada para abolirlos, los defendió. Es decir, hubo un lapso relativamente corto dentro del cual la sociedad se encontró con dos José Raúl Mulino. Me parece que debe hacerse un examen psiquiátrico para que se le descarte el trastorno de identidad disociativa, que consiste en que dentro de una persona hay varias personalidades distintas.

Quisiera que me hiciera caso y ojalá que se le diagnostique ese trastorno, ahora que estamos viviendo el cambio de los locos, porque sería una verdadera vergüenza para el país que nuestro ministro de Gobierno y Justicia tuviera una doble moral, que quiere decir, en nuestro idioma raso, que no tiene ninguna.

También me dijeron que José Raúl Mulino tiene preparado un proyecto para modificar el Código Penal y agregar el título “Homicidio por Equivocación”, que consiste en eximir de responsabilidad a los integrantes de los escuadrones de la muerte que puedan confundir a un dirigente de la sociedad civil o a cualquier ciudadano que cuestione el modus operandi del gobierno actual, con Media Luna o con la luna entera. En el proyecto de ley de Mulino se aclara que en el funeral de la víctima acudan los altos representes del Estado y si la persona tiene un peso específico en la sociedad, tiene que asistir el mismo Presidente, siempre y cuando se encuentre en el país.

Eso sí, hay que abrazar a cada uno de los deudos, con los rostros dolorosos y con las cámaras de televisión al frente para que todo el mundo se entere que éste sí es de verdad un gobierno del cambio.

Espero, con pocas esperanzas, que el gobierno recapacite y que los ministros, los diputados, algunos magistrados vayan con toda confianza a un lugar desconocido por los políticos donde se vende, se presta y hasta se regala la dignidad.