Mónica Palm, Diario La Prensa
DISPARATE. La Presidencia pagó un comunicado en los periódicos para tirarle flores al proyecto de ley 177. Entre el conjunto de cualidades incoherentes que le atribuyen, causa asombro que digan que está “acoger el clamor popular que exige incrementar los niveles de seguridad en el país”, cuando le han dado la estatura de legalidad a la impunidad policial, ya que los agentes procesados por un delito (da igual que sea un asesinato) ejecutado “en cumplimiento del deber”, no serán separados ni dejarán de devengar salario, mientras dure la investigación. Pero si esta norma es tan buena, ¿por qué hicieron lo contrario en el caso de la Procuradora? ¿Acaso ella no investigaba un delito? ¿Por qué grabar una llamada debe ocasionar la suspensión del cargo, pero matar a una persona debe ser premiada con la continuidad de los salarios?
¡CHANFLES!. Parece que Bosco Vallarino está decidido a cumplir su amenaza de ser abogado. Ahora está tomando clases en la Universidad del Istmo. Anoche le tocó “Principios de ciencias políticas”. Había que verlo sentado en primera fila, junto al pupitre del profesor. Solo faltaban el Chavo, Kiko y la Chilindrina.
REPUDIO. Ayer fue la marcha verde en rechazo de ley 177. Parafraseando a los diputados oficialistas, había mucha más gente que los “25 ambientalistas que no han sembrado nunca un árbol”. Que lo diga Popi, que ha sembrado mucha caña...
GOL. Dicen que Roberto Moreno, aquel que Sandra Escorcia vinculara con un caso de emisión de 200 permisos temporales de operación para taxis, será el sucesor de María Cristina González en la dirección de Migración, cuando a esta la promuevan a un viceministerio. Si era bueno con los cupos, imagínense cómo será con las visas.
